Cabezas amuebladas

Muchas veces de cualquier conversación se puede hacer una reflexión sesuda/absurda que puede servir de entrada para un blog sesudo/absurdo como este. Estoy oyendo a unos compañeros (dicho sea, muy poco discretos) que están hablando de lo bien amueblada que tiene la cabeza “fulanito”, ha sido oir eso y ponerse mis dos neuronas en funcionamiento haciendo una reflexión paralela:

Si tenemos la cabeza amueblada … ¿qué es mejor tener muebles de madera maciza, buenos y caros, de corte clásico, que duran una eternidad; ó usar muebles del Ikea, de estilo moderno, con materiales menos duraderos que hay que renovar a menudo?


Por un lado, la primera opción te garantiza la calidad, una cabeza amueblada con armonía y con valores sólidos y estables, pero por el contrario dados los tiempos en que nos movemos se pueden quedar obsoletos y sin funcionalidad debido a los muchos cambios ambientales, un ejemplo (siguiendo con el simil) ¿para qué quieres la clásica mesa camilla cuando la casa tiene ahora calefacción por suelo radiante?.

En el lado opuesto, los muebles de “usar y tirar” te garantizan estar a la última, informado de todo movimiento o tendencias, adaptarse a los progresos de las tecnologías, sin embargo estará vacío de personalidad y convicciones, unos muebles de líneas monótonas sin una foto ó un recuerdo que le impriman un cierto carisma; esto puede acarrear, al propietario de la cabeza en cuestión, que se convierta el lo que coloquialmente llamamos un “veleta” … “donde dije digo, digo Diego” y donde antes tenía un cuadro ahora coloco un plasma.

Yo no daré mi opinión sobre qué mobiliario es mejor, si los de un estilo u otro (eso os lo dejo para vuestros comentarios, jeje), en lo único que si me voy a postular es que: si tenéis un sofá viejo, pero cómodo, no lo cambiéis … es muy posible que en el nuevo no te dejen poner los pies encima (y por tanto no poder echar la siesta)