Un día en El Pinar

Aprovechando los días tan espléndidos que tuvimos el pasado puente, el domingo pasamos un día excepcional en nuestro maravilloso parque periurbano Los Silillos (vamos, “El Pinar del Estado” de toda la vida).

Lo mejor que tiene es que llegas allí, sacas la pelota de fútbol y te olvidas de que tienes niños, salvo cuando “se cascan” (sin el “la”, que todavía son muy “chiquininos” para eso), aunque tenemos la grandísima suerte de que los nuestros se entienden bastante bien a pesar de sus diferencias de edad, por lo que las “peleillas” suceden esporádicamente.

Lo peor del Pinar … lo de siempre: los malditos gusanos, “mi Rubén” se llevó tres días (con sus respectivas MALAS noches) con unas ronchas “acatu” (como monedas de 5 duros). Digo yo … ¿no pusieron en marcha actuaciones para erradicarlos?, recuerdo ver hace años unas bolsitas negras colgando de los pinos que decían que eran trampas para los gusanos una vez convertidos en mariposas, evitando así su proliferación, pero por lo visto mucho resultado no ha dado.

Volviendo a la jornada campestre: Como no está permitido “hacer candela” (eso de barbacoa suena mucho a madriles), nos llevamos unas tapas frías “caún caún”, exquisiteces del tipo tortilla de patatas (las hubo con cebolla ó con pimientos), lomo y pollo empanaos, pimientos encurtíos, ensaladillas y pimentadas varias, etc, etc, … y cuando estábamos a reventar entre las cervecitas y las tapas, van las mujeres y sacan el café con el repertorio de dulces … y mira que no soy “mu chuchón” pero es que algunos te entran por los ojos y no tienes más remedio que caer en la tentación, en concreto, este de la foto es irresistible …
… ¿po no que quería Mariló que nos tragásemos que lo había hecho ella? Jajaja, no digo que no seas buenas cocinera, pero esto son palabras mayores … doctorados en repostería … después confesó que se los había comprado a no se que “experta valverdeña” que los suele hacer por encargo para la BBC (no hace falta que lo explique ¿verdad?).

Después lo típico, alguien (Joselito) que saca una botella de Ron ó JB y ya la tenemos “formá”, pero eso no fue lo peor … después de que cayeran dos o tres y reinos un buen rato, se nos ocurrió quitarles la pelota a los niños y ponernos a jugar los mayores … en un principio iban a jugar los niños también, pero demostraron su gran inteligencia y se quitaron “denmedio” con ná que vieron los primeros lances de tan ridículo partido. ¿El resultado? ni me acuerdo, pero el partido no duró más de 5 minutos porque estábamos “echando espuma por la boca” los seis padres de familia … (menudo ejemplo) y alguno salió hasta mal parado: rodillas ensangrantás, mareos por falta de riego … , en fin que lo más inteligente fue lo que hicimos, suspender el partido y seguir “reponiendo fuerzas” a la sombra de nuestros centenarios pinos.

La verdad es que se pasa un día de auténtico lujo y además “anticrisis” porque lo traemos todo de casa, de hecho no fuimos los únicos en El Pinar … el aparcamiento estaba completo y las mesas a la sombra estaban más que rifadas desde antes del mediodía. El próximo día que vayáis contad conmigo, pero eso si, llevaos unas cartas o un futbolín porque “el menda” no se pone otra vez con “el corazón en la boca” ni se deja las rodillas en la arena.