Monólogos

Desde hace unos años la moda de los monólogos se ha extendido por todo el país, personas con más o menos gracia se curran un texto divertido (o se lo bajan de Internet) y se “plantan” delante de un público que no siempre está dispuesto a oír lo que les cuentan.
Pero este no es el caso que os relato. El pasado sábado, después del partido de rigor, en el “bareto” que hay frente a mi casa había una actuación de tres monologuistas. Aparte de que personalmente me gusta ese tipo de humor, pensé que sería una buena oportunidad de “cazar” algún punto ó chiste para contároslo, pero … ya no me acuerdo de ná ¡tiene guasa la cosa! Soy el tío más negado para acordarse de un chiste, muchas veces los amigotes de por aquí me dicen: “venga el andaluz que se cuente un chiste” (la cruz que tenemos en lo alto) y siempre respondo lo mismo: “si quieres más tarde, cuando nos tomemos unas birritas, te canto una chirigota, porque de chistes …” no se porqué será, pero las letras de las canciones no las olvido tan fácilmente, el otro día pusieron en M-80 “ordinary world” de Duran-Duran, canción que puede ser del 89 ó 90, y la canté enterita .. y en inglés.
Mira, ahora viendo las fotos me he acordado de una cosilla. Uno de ellos sacó un periódico y comenzó a hacer comentarios de los anuncios por palabras, concretamente de la sección de “relax”, comentó al menos 10 pero solo recuerdo un par de ellos:
“Samanta, discreta, calle Costa Rica, 25, 3º-C …. ¡pues tan discreta no eres!, Samantita”.
“ Tita golosa, me lo como todo, a domicilio … ¡Uff! A esta no me la traigo a mi casa, que me deja la nevera vacía”.
El último de ellos, fue el más escatológico, pero con el que más re rió el respetable … y es que, como dice nuestro letrista de la chirigota Manuel Sanchez (Manolito Carnaval), “caca, pedo, culo, pis” siempre gusta al personal. Este hombre relató como llevar una muestra de heces desde casa hasta el hospital, ya se imaginan ¿no? … primero cómo meterla en el botecito, luego en qué bolsa la mete para que no se vea los que lleva y llevarla bien cerradita para que en el metro no delate su contenido, también cómo contarle a la auxiliar del mostrador que lo que traes es “una mierda empapelá” …

Lo cierto es que así contado no es lo mismo, pero aconsejo a todo el que tenga la oportunidad de acudir a una cita de estas, que no se hagan los remolones y vayan, es gratis (bueno sólo hay que pagar lo que te tomes) y pasarás un buen rato, aunque a los dos días no te acuerdes de ná.