GIB (I)

Ya hacía tiempo que tenía anotado hablar sobre este “viaje de estudios”, pero ha sido después de publicar en la Catummanía la auténtica banda sonora de ese viaje cuando me he decidido a escribir. Además ahora tengo algo más de cuartelillo para escribir, después de unas semanas, que no es que fuesen para coger la baja por estrés, pero si que he estado bastante atareado y sin mucho tiempo "pa masconeá".

Os pongo en situación: 2º de BUP, viaje organizado por el seminario de inglés a Gibraltar, después de estar todo el año “calentando motores” dándonos unos folletos o boletines mensuales (fotocopias) llamadas: “GIB”, donde no hacía más que ponernos los dientes largos acerca de lo que nos íbamos a encontrar allí.

Tras un viaje, interminable por lo pesaditas que se pusieron las chicas con el Nick Kamen (de los cojXXX), ¡cómo se puede estar 300 km escuchando la misma canción!, había a quienes (como yo) les gustaba, pero os puedo asegurar que después de esa experiencia entró en el saco de las aborrecidas de por vida como “la del Titanic”, “La Lambada” ó “El Tiburón” … por nombrar algunas, porque esto bien daría para otro relato …

Nosotros pensando que nos íbamos a quedar a pernoctar en El Peñón, pero cual fue nuestra sorpresa cuando nos dijeron que nos quedábamos en La Línea porque los hoteles “intraverjas” eran muy caros. Una cosa es pagar un hotel caro, que se entiende que no era viable, pero otra muy distinta es donde nos quedamos: no exagero si digo que aquello era un auténtico picadero, con unas paredes llenas de humedades y unos “ahuevaos” tremendos … algunos cabeceros de las camas solo tocaban la pared en sus dos extremos y en la parte central un rehundido que cabía la mano. Al menos, eso si, tenía cuarto de baño propio.

¿Alguien se acuerda del nombre del hotelito?. Además era curioso porque algunos tenían la suerte de que sus ventanas daban a un parque, pero los que “miraban pal otro lao” se encontraban con un muro de ladrillos sin revestir ni ná …

Se suponía que era un viaje para perfeccionar nuestro inglés y que nos íbamos a mezclar con un grupo de alumnos del Instituto de Gibraltar (que valla usted a saber como se llamaba), pero la realidad fue bien distinta.

Tras visitar el instituto inglés y presentarnos a los chavales que iban a ser nuestros guías, nos daban permiso para movernos por Gibraltar, ¿Qué hicimos? Pues darle esquinazos a los pesaos e irnos a tomar cervezas por ahí; recuerdo que dimos con un garito con un montón de grifos de cerveza: negra, tostada, de trigo … si nos la probamos todas le faltó poco.

Aunque por supesto lo que no podía faltar en Gibraltar es “mainstreetnear”, es decir “Main Street parriba y Main Street pabajo”, es que el pueblo se reduce a eso, allí estaba todo: bares, restaurantes, tiendas, ayuntamiento, etc.; así que acabamos hasta los mismísimos de la callecita, tanto que acabamos por llamarla: “Pesadilla en Main Street”.

No solo tomamos birras (pero casi), también hicimos algunas compras, sin ir mas lejos, al final de Main Street ¿dónde si no? Había un pequeño centro comercial y en la planta alta una tiendecilla, dónde vendían artículos roqueros y moteros, complementos más que nada, pues allí picamos todos los amigotes, algunos compraron varias cosas pero lo que todos nos trajimos fue un cinturón de cuero con una “señora hebilla”, vamos que valía para defendernos si nos metíamos en líos. Aunque fuera de bromitas es el mejor cinturón que he tenido hasta la fecha, después de 20 años aún lo conservo, le he cambiado la hebilla pero “la correa” es la misma.


Otra de las cosas que compramos era tabaco, que allí era baratísimo, hasta los que no fumábamos nos pusimos “finos” … y como no, priva y refrescos para liarla por la noche, que si bien no nos dejaban salir del “hotel”, tampoco nos hizo falta, pero eso quedará para otro día … CONTINUARÁ …