Hay ciertas cosas que es mejor no contar, pero ya que os habéis puesto pesados, vamos allá: realmente no sé como empezar, tal vez excusándome/nos porque teníamos una “edad mu mala” y nuestras hormonas tenían más poder sobre nosotros que nuestro (siempre escaso) raciocinio …
Allá por los últimos años 80, cuando los del grupo apenas contábamos con 14 ó 15 añitos, con la cara “jibiaíta” de granos (de esos que llamaban “pajilleros” … y creo que con razón), andábamos todo el santo día “recalentaos”, siempre hablando del mismo tema (y no era precisamente fútbol, además ya he comentado en más de una ocasión que nosotros éramos de baloncesto), estábamos “fritos” por ver algo subido de tono, bueno y si era “X” pues tanto mejor…
Por aquellos tiempos, como pueden suponer, no había Internet ni nada que se le pareciese, en esa época salieron los primeros "ordenadores personales", los genuinos “Spectrum 48 Kb” (casi ná!!) que cargaban los juegos con cinta (tardabas más esperando que propiamente jugando …) ¡como para navegar! … Así que el “objeto de nuestro deseo” estaba en otros soportes más arcaicos, amén de las típicas barajas de cartas de chicas ligeritas de ropa (que iban rulando como si de un alijo de droga se tratase): nuestros principales “tesoros” se hallaban impresos en revistas a todo color o lo que aún era mejor en cintas de video VHS.
Empecemos por las revistas, auténticos “tesoros” de papel “couché”: quienes hayan coincidido conmigo en el colegio aún recordarán si les hablo de un “club elitista” con total derecho de admisión/rechazo de componentes, cuyas reuniones tenían lugar en el mismo patio del colegio por las tardes (o en su defecto en los “Riscos Tintones”), cuyo “rebuscado” nombre era “club revistas” y con el único objetivo de visualizar algún ejemplar encontrado o “cogido prestado” (que por aquella época, en pleno “destape”, estaban bastante extendidas) …
Pero ese club clandestino duró poco tiempo, porque pronto descubrimos que había algo que superaba con creces a aquellas imágenes estáticas impresas en un papel cada vez más deteriorado por varios motivos (imagínense el principal …); cómo no, las imágenes en movimiento, el video, el gran formato VHS … pero había un problema, un escollo insalvable para chicos de 14 ó 15 años … y era precisamente ese: la edad; con esa edad se nos negaba el acceso a ese tipo de “información” …
… Aunque ingenio no nos faltaba: pedíamos a algunos amigos mayores (que además eran jugadores de baloncesto, por ende bastante “bien criaos”) que fuesen al video club (por entonces el único que había, en la esquina de c/ Don Pedro Castilla con c/ del Duque) y nos sacasen la ansiadas cintas con una identidad falsa que nos inventamos ex profeso para tal fin, incluso con dirección y número de teléfono, de éste ya no me acuerdo, pero nuestro “frankenstein” en cuestión era: Andrés Pérez Carrera, C/ Ayamonte, Nº 20.
¿Porqué eso y no otro? Pues todo tiene su porque:
- Andrés era nuestro peluquero (con la peluquería en la c/ del Sol) al cual empezamos a ir también por este motivo, me explico, tenía “Inteviús” en la peluquería y nos dejaba ojearlas … tanto era así que cada vez que nos pelábamos echábamos allí la tarde, dejando pasar a varios clientes antes de repasar nuestras cabezas.
- Pérez, simplemente por lo común del apellido.
- Carrera: porque buscábamos un apellido que sonase a valverdeño sin ser el de ninguno de nosotros y, tampoco os puedo recordar cómo, pero, nos acordamos de nuestro amigo José María “el Choco” …
- La dirección: pues es obvio que no íbamos a poner la dirección de ninguno de nosotros, además había que dar una dirección verdadera, que exista, ya que más o menos nos conocemos todos el pueblo entero … y aunque no sabíamos (ni sé aún) quién vive en esa dirección, nos dio por ahí, buscábamos una calle poco transitada porque si decíamos p.ej. c/ Arriba, 20 pudiera ser que conociese al morador …
Aún recuerdo los títulos de las primeras películas que visionamos, cómo no en la casa del que primero se quedase solo … seguro que mis “secuaces” también recuerdan estos títulos: “culitos cremosos” (¿de qué iría el argumento?), “Olimpiadas sexuales” (otra muy original en su título) y cómo olvidar la fue catalogada por la crítica especializada (o sea, nosotros mismos) como la mejor de todas “Spies”…
Pues como siempre recordamos: Andrés Perez Carrera “el tío más caliente de tó Valverde” …
jajajajajajajaja...., muy buena Catum jajajajajajajajajajaja......, tienes anecdotas para todo, ¿mira que si ahora uno de los que solemos entrar aquí dice que vive en esa casa? jajajajajaja..., igual salimos de dudas ahora y te entera de quién mora en esa vivienda.
ResponderEliminarBesos
Me imagino a 5 o 6 en el salón de una casa cualquiera con los pantalones por la rodilla... y rulando los rollos de papel higiénico... jajajaja
ResponderEliminarPues no me extrañaría nada que sea conocido, pero vamos que nosotros le ubicamos allí "porque sí" ...
ResponderEliminarBesos
Realmente éramos más discretos ... aunque alguno que otro no era capaz de mantenerla "a resguardo" ... jajaja
ResponderEliminarCualquierilla se sentaba despues en los sofas y sillones de las casas...tos alli pegaos...
ResponderEliminarVera: Estas confundiendo la salita con una cabina de sex-shop ... y no tiene ná que ver, ya dije antes que éramos (depués de todo) bastante discretos, recatados y pulcros ...
ResponderEliminarmuy buena catum jajaaj
ResponderEliminarpor un numero no te digo quien vive ahi jajajaj seguro que sabemos al final quienes son los moradores
saludos
VVL: pues en verdad no se si me interesa o no conocer a los inquilinos de esa vivienda ... tal vez no estén muy contentos de que usásemos su dirección para tal fin ...
ResponderEliminarmuy buena historia catum. la verdad es que me suena bastante. por qué será? (como diría la bombi en 123)
ResponderEliminarel videoclub al que te refieres era el de la ingrid, no?
de todas formas, en valverde había otro videoclub legal más: estaba en el barrio viejo y era el del "triski" (seguro que te acuerdas), y sobre todo había uno clandestino, del que seguro que haciendo memoria os acordais los del club de las revistas. estaba en la calle arriba, un poco mas abajo de la casa de paco rico: era un kiosko de chucherías, pero no te vea la colección de peliculas que tenía el heavy (que era el propietario del establecimiento)nada mas pasar una cortina (que era para verla) que se adivinava detras del mostrador. Este individuo, en un intento por corromper a la juventud valverdeña, que dicho sea de paso no ponía mucos impedimentos, alquilaba las películas a los grupos de chavales (menores de edad por supuesto)por un precio más barato que el videoclub. creo recordar que en el videoclub eran 250 pesetas por peli y día, y el heavy las dejaba en 200 (no me acuerdo bien de las cantidades, pero eran algo así)
Pues no se porqué te sonará (jajaja) tal vez te suene de rebote, algo así como el eco ...
ResponderEliminarDe todos modos al que seguro que le suena es al tercer de los Brothers, preo seguramente ande en casa on la cabeza metía debajo de la almohada de la vegüenza y eso que no he nombrao a ninguno ni ná (... aunque no creo que sea muy difícil imaginarse qué individuos serían ...).
El del Trisky si que fuimos alguna vez, pero en una época posterior, era anterior de la Ingrid (como tu comentas, porque yo no se decirte quién era el propietario).
Pero lo que no tenía ni idea era de que el quisco de enfrete de "la Imprenta" era un video club X clandestino ... jajaja ... siempre ha sido un kiosko "rarito" (igual que el del Peseta del parque) pero no tenia ni idea de eso ... curioso ...
Saludos