Como los moros

Sin intención de ofender a esas familias que cada verano se lanzan a cruzar Europa, con un Mercedes viejo cargado hasta el volante y con chismes en la baca hasta alcanzar la estratosfera, para llegar a Almería o Algeciras y tomar un barco que les lleve a pasar unos días a su tierra; este día de Reyes no he tenido más remedio que sentirme como uno de ellos, os cuento:

La noche anterior dejé el coche cargado hasta los topes de juguetes, ropa, utensilios, neceser, etc., con la idea de a las 7 de la mañana coger rumbo para Madrid y evitar el tremendo atasco que se podría originar en las horas punta de la tarde. Pero la sorpresa llegó cuando “los últimos macutitos” de por la mañana, resultaron ser 5 bultos tremendos (3 de comidas, uno de ropa para el viaje ¿?, más chismes que recogió mi mujer en una última batida … ah! … y el canario), no había forma de encajarlo por ninguna parte del vehículo.

Llegó un momento en que me planté, con unas ganas de llorar horrorosas y le dije a mi mujer: “Escoge a un niño porque los dos no caben … uno hay que dejarlo con mi madre”; era incapaz de encajar todas las “fichas” (y eso que me considero un buen jugador de “Tetris” … al menos le he dedicado un buen puñado de horas); la solución de la señora … “tó palante” … ¡ole!, eso también podía haberlo hecho yo …


Pues así nos fuimos hasta la capital del reino, si nos llega a parar la Guardia nos mete un buen paquete … y con razón porque llevar las cosas así sueltas es un peligro, en caso de frenazo ó colisión “te jartas de tiestos”.


Aunque “no hay mal que por bien no venga”, los “angelitos” míos entre el sueño por despertarse tan temprano y que no podían ni verse el uno al otro, se pasaron todo el camino ó dormidos ó dormitando …

.


… y poco después de las 13 horas llegamos al destino.

Moraleja 1: ¡Ojala! fuesen todos los Valverde-Madrid así de plácidos a pesar del sofocón inicial.

Moraleja 2: Para los Reyes del año que viene una baca con portaequipajes rígido (no se si se llama así, pero creo que se entiende).