Tras observarte tu madre toda la tarde como registras en el par de cajones de “las porquerías” que hay en todas las casas (porque no me diréis que en la vuestra no hay uno o dos cajones con varios tornillos, un paquete de cleenex abierto, una bombilla fundía, varias pilas nuevas y usadas, un destornillador que se usa para todo, dos bolis que no pintan, una pelota de tenis vieja, etc, etc, etc.), después de mirar en el garaje o armario donde se guardan todas las cajas de zapatos ... y “arrebuscá” cuarenta veces el cajón de la mesilla ó lata de galletas donde tienes tus “tesoros” (cromos, bolinches ...) llegas a la cocina y con toda la intención del mundo le preguntas a tu madre:
- “Mamá, ¿tienes lechugas?”
- “¿lechugas?, si a ti no te gustan”.
- “no mamá, si no es pa comérmela ... es pa los elástiquillos” ...
... Ya no hacía falta hablar más, tu madre había entendido claramente la situación, había comenzado la “calentura de las escopetillas de elásticos”.
Todas las primaveras, cuando las tardes empezaban a ser laaaaargas y las noches se templaban, comenzaban a salir las salamanquesas y a los pocos días pandillas de niños sedientos de sangre nos afanábamos en su exterminación (otro entretenimiento muy “educativo” ... así andamos), pertrechados con unas escopetas particulares y particularizadas, que sin llegar a estar “tuneadas”, si que cada una tenía el sello del propietario.
Nos buscábamos las maderas, cada una del tamaño adecuado al brazo ejecutor; clavábamos en un extremo un “arfilé” (pinza de la ropa) de madera claro (entonces no existían las de plástico) o bien la sujetábamos con varios elásticos (pero esto era en el peor de los casos porque suponía malgastar la “escasa munición”), pero no como se muestra en la imagen, nosotros la clavábamos en la parte estrecha (el canto de la tabla) y con la pinza apoyada sobre una de sus caras planas; el proyectil eran las nombradas gomillas elásticas que se colocaban en el extremo contrario a la pinza y estirándolas se “pillaba” con la pinza; tras colocarse la escopetilla como si de un auténtico “Winchester” se tratase, con el pulgar de la mano derecha (los zurdos seguramente las cogerían al revés) se abría el “arfilé” saliendo disparada la gomilla.
Este es el funcionamiento de la escopetilla básica, la de “los niños chicos”, los que simplemente tiraban a “los índios”, “pistoleros” o caballos, “clips” de Playmovil, “Airgamboys” o fichas de dominó (no me reñía ná mi abuelo: “me las vas a escascará toitas y después no valen”); porque para “salir de caza” le faltaba un elemento primordial, el que le otorgaba la letalidad buscada, que no era más que el “alambrillo” de un “arfilé” (el muelle de la pinza), el cual se enganchaba al elástico y al salir proyectado era un auténtico “arma de destrucción masiva” ... al menos de salamanquesas (... ¿y lo contentas que se ponían las madres cuando le enseñabas tus capturas?).
Tras varias horas diarias patrullando las calles de nuestro entorno (que cada vez se ampliaba más) las capturas eran cada vez menores ya que “nos las cargábamos toas”, así que teníamos que buscar otros objetivos, los siguientes fueron los panales de avispas que solían hacer bajo las tejas de las casas más viejas, pero el aburrimiento empezaba a hacer mella en el colectivo ... y (como dice alguien por aquí a menudo) “cuando el diablo no tiene ná que hacer ...” así que empezaban las “angelicales ocurrencias” disparando a todo lo que nuestras armas tenían alcance, tirábamos a romper estas mismas tejas viejas (más de un alero se ha quedao “melleto”), bombillas de las farolas más bajas, cajas de empalmes, rótulos de calles, etc, etc, ... pues bien, muchos de aquellos “inocentes angelitos” hoy tienen licencia de caza ... no digo ná ...
Y mi pregunta es: ¿ que caraj..... hacíais con las lagartijas?........jajaja
ResponderEliminarYo no recuerdo haber tenido ninguna de esas escopetillas, aunque después de tu descripción si me suena haber visto alguna que otra
Anda que mi hermano no me ha dicho na mas que una vez: ¡a que te disparo! cuando nos peleabamos, que sólo ocurría unas 20 veces al día. ¡Que recuerdos! Los niños de hoy no saben ni tirar un elástico con los dedos, bueno y las lechugas tampoco los traen ya ¿no?.
ResponderEliminarHola Brother. Hombre, los de mi generación no pasamos hambre, pero no me extraña que nuetros padres o abuelos pasaran a más de una por la fogata en plan "El Último Superviviente"; nosotros bien las guardábmos y se las enseñabamos a las madres que por general las recibían de "muy buen agrado" o ná, simplemente las dejábamos pa las hormigas.
ResponderEliminarAnónimo: Dos cositas:
- Pon un nombre, hombre, que totá pa lo que aquí hablamos no hace falta mantenerse en el aninimato, de todos modos si te da "corte", usa un apodo, pero así al menos tendremos un nombre al que dirigirnos (aparte de que me da mucho coraje el anonimato).
- Los niños de hoy cuando sean mayores y quieran hacer un blog lo van a tener que cerrar porque na más que sabrán hablar de dibujitos animados.
- Los elásticos de las lechugas ... por lo menos las del Mercadona no los traen ... jeje; (solo se las veo a las que siembra mi suegro, que por cierto este año se les han estropeado todas y nos hemos quedao sin catarlas).
Saludos.
Buen golpe, Catum. Me acuerdo de estas "armas", como también me acuerdo de coger el cuello de una botella de leche, tipo La Asturiana, y engancharle un globo, como si fuera un tirachino, utilizando de munición garbanzos… Dolía tela el garbanzazo, jejeje. Un abrazo.
ResponderEliminarSi es que los mayores no os enterais...nosotros teniamos claro donde estaba el mato de la municion... que es eso de reutilizar las mismas balas?
ResponderEliminarNada, poniamos el modo consumista a on y nos ibamos a las fabricas y tiendas de zapatos, y nos daban cajjas de zapatos llenitas de elasticos, ni nos molestabamos en recoger los que tirabamos jejeje
¡Ostras, Marcos! de las que tu nombras no me acordaba yo; claro ahora si que las recuerdo perfectamente, "po no he tenío na más que una", con lo fácil que son de hacer ¡ni eso! usan los niños de ahora. Si las llego a haber recordado antee las hubiese nombrado aqui también ya que muchas veces eran armas complementarias ... ¡lo que avanzaban los tirachinos de globos!
ResponderEliminarOtros tiempos, Vera, a ver si te crees que no íbamos, pero antes no daban ná, alguna vez nos daban un puñaillo pero porque conocían a alguien del "escuadrón" ... y cuando "ambarcabas" un elástico era un auténtico dolor ...
Halaaaa...se me ha hecho la boca agua acordándome de aquello (acabas de despertar al sádico que habita en mí...). Recuerdo que la mía me la fabricó mi primache...y no tardó en ser requisada por mi Pater (es que además de la fauna del parque, y la de famobil, mi instinto de cazador me llevaba a buscar otros objetivos más suculentos...mi pobre hermana). Pero los que sí llegué a usar mucho (por lo fáciles que eran de construir, reparar y esconder) eran los tirabuzones (así los llamabamos si no recuerdo mal), esos cuellos de botella con el globo que habeis comentado... Su alcance y fuerza eran temibles, y bastaba con cambiarle el globo cuando, por culpa de las aristas de los chinos, "picabas" el tuyo (¿nunca te ha pasado que se te rompiese en el momento del disparo?...joder lo que picaba..)
ResponderEliminarSin embargo, también acabaron prohibiéndome su uso tocayo, total por una bromita de nada (AVISO: Batallita a punto de comenzar) ¿No te acuerdas las bromitas que se hacían disparándole a un amigo sin tener proyectiles dentro? (era tal el ruido, que no era necesario darle un chinazo para que agachase la cabeza con la cara de susto..) La cosa es que un día, estando de "safari" por mi campo (donde las lagartijas eran más codiciadas que las salamanquesas por su rapidez y dificultad de caza) llegó la hora de comer, y ya sabes, con las prisas lo dejas todo tal y como esté... Mucho me temo que dejé el tirabuzón "cargado", y cuando terminé el almuerzo no se me ocurrió otra cosa que gastarle la dichosa bromita a mi hermano...lo malo es que allí se juntaron dos fatalidades...la primera es que las armas las carga el diablo (pequeñajo, desgarbado y con 10 u 11 años) y la segunda es que ya mi hermano estaba más que escarmentado y ni siquiera viró la cabeza pensando que le estaba vacilando. Conclusión: a punto estuve de conseguirle un trabajo remunerado para toda la vida en la ONCE.
Y bueno, todo eso me llevó a abandonar precipitadamente el oscuro mundo de la violencia tirabuzonera y...¡especializarme en la fabricación de los tirachinos de toda la vida de Dios! (¿me creerías si te digo que aun conservo el último que fabriqué, y del que más orgulloso estaba?)...joder, ahora que lo pienso, juraría que en aquellos tiempos en los que aun hacíamos comidas en mi campo juntos lo he llegado a sacar en alguna ocasión para que probásemos puntería...quedando todos en ridículo ante la apabullante puntería del amigo Miguel, por supuesto (y sin contar con el ridídulo que ya de por sí hacía un grupo de tíos grandes como trinquetes con un tirachinas en la mano...). Aaaah! como lo hecho de menos...
Pues si Jóse, antes de que dijeras que lo sacaste un día en la piscina ya lo había recordado, o al menos eso creo, ¿era bastante grande el tirachinas ese no?
ResponderEliminarLo de los tirabuzones, si que era muy típico, tol santo dia haciendo el "ploffff" para asustar; respecto a tu sufrido hermano, creo que ambos si habeis sobrevivido a la infancia os habies habeis inmunizado con todo y os habeis hecho prácticamente indestructibles.
Saludos
jajajajajaja.......jajajajaja.....
ResponderEliminarMe acuerdo perfectamente de las "escopetillas" de elásticos de mi hermano y de los tirachinas de globo jajajaja..., el muy ca..... me ha disparado más de una vez y duele tela jajaja....
No puedeo parar de reir recordando anécdotas y leyendo las tuya Jóse, con lo "capullín" que eres me lo puedo imaginar tó jajajajaja...
Un besazo Catum, eres increible, gracias por recordarnos estas cosas. Otro para tí ernorme Jóse, espero que nos veamos este año igual que el pasado y nos tomemos unas copillas.
Esther
Ahhhhh..... Se me ha olvidado comentar, mi hermano cuando cazaba las lagartijas, si estaban vivas, las guardaba para en un momento dado metertela por la blusa, tirartela a la cara...., y si estaba muerta te la podías encontar en el cajón de los calcetines o cualquier otro sitio que se le ocurriera al "mozo" en ese momento jajajajajaja....
ResponderEliminarBesos,
Esther
Pues nada Esther, me alegro de recordarte tantas batallitas y que te rias tanto. Por otra parte ... es que las lagartijas creo que las creó dios para que los niños (gatos y perros pequeños) jugasen con ellas.
ResponderEliminarBesos
Hey morenaza!...mira que ya sospechaba yo quien andaba detrás de esa "E...", y me alegro mucho de comprobar que no estaba equivocado. Un besazo a tí también, tres padrenuestros por la salvación de tu hermano (ese va derechito al infierno...jajaja..es de los mios!) y cuenta con esa/s/s/s/s/s copita/s/s/s/s/s navideñas...me muera si no es asín!
ResponderEliminarCatum, el tirachinas es tal y como lo recuerdas...mi hermano y yo...bueno, lo que el cafrerío de infancia no consiguió, lo va consiguiendo el paso del tiempo y un indecentemente disoluto way of life, pero vaya, que aun se puede sacar algo...cof, cof...me alegro de saludarle jonvenzuelo...cof...