Retomemos la saga de entradas de juegos infantiles perdidos de las calles pero muy vivos en la memoria de quienes empezamos a peinar canas y/o vemos como nuestras entradas empiezan a parecer “abonos de temporada”. No era precisamente de los juegos más dignos de ensañar a los niños de hoy en día, que ya con la televisión y los videojuegos ultrarrealistas se llevan su ración diaria de violencia más que de sobra, pero hay que reconocer que nos encantaba, eso de poder zurrarle a otros y estar bien visto por todos era un desestresante maravilloso (aunque muy estresados no es que viviésemos); diferente era si eras tu quién tenía que pasar por el “pasillo del infierno”, pero vamos por partes:
(Realmente no están jugando a mosca, sino que le están haciendo “el pasillo” por algún lance del partido; pero es lo más parecido que me he podido encontrar por la red; como suelo decir: naufrago más que navego por internet)
¿CÓMO SE JUGABA?
Como la mayoría de estos juegos antiguos, se jugaba en grupo (en la calle ó el patio del colegio pocas veces estabas solo) disponiéndose en dos líneas paralelas dejando un pasillo libre de un metro (+ ó -). Estos jugadores que formaban el pasillo debían permanecer quietos (y callados) desde el momento en el que “se la quedaba” entraba en el pasillo diciendo “mosca”. Luego los “estatuas” tenían libertad para darle “ostiones con la mano abierta” en la cabeza del infeliz de turno, pero eso si ... sin que te viese; en el momento en que viera a alguien moverse, aunque no sea precisamente para pegarle, se ponía las dos manos sobre la cabeza a modo de capirucho (postura conocida como “el sombrero”) y salía tranquilamente por el pasillo ya que nadie podía darle. Cuando salía decía a quién había visto (si es que no lo señalaba antes) y ese pasaba a ser el siguiente “sufridor”.
¿QUÉ ERA LO PEOR?
Indudablemente el hacer trampas: como uno acusase de haber visto moverse a un “estatua” y el “jurado popular” (vamos, los mismos jugadores) sentencie que es imposible que lo hubiese visto, sufría uno de los castigos más crueles que recuerdo de mi feliz infancia: debía de pasar por el “pasillo del infierno” (no es que llamase así, pero de algún modo tengo de nombrarlo) que consistía en que te podían pegar libremente sin posibilidad de ser acusado de nada; aunque estaba prohibido, allí se veía de todo: tortazos con el puño cerrado, patadas, agarrones al “angelito” para que no pudiese pasar y así zumbarle más el resto ... vamos, lo que se llama un “juego educativo”.
¿CÓMO TRANSCURRÍA EL JUEGO?
Al principio el que se la quedaba entraba tan tranquilo al pasillo y los “estatuas” estaban con las dos manos en alto, esto originaba que fuese muy fácil de dar los “cates” y los más espectaculares se daban de un lado al otro del pasillo, es decir quién estaba al entrar le daba al “desdichado” cuando estaba cerca de la salida, cogiendo impulso con su cuerpo y describiendo un círculo con su brazo levantándolo por encima de su cabeza le soltándole un tremendo “leñazo” (no tengo más remido que acordarme del amigo León, un auténtico“fiera” en todos los juegos que supusiesen castigo físico … se crecía el gachón. Otro que disfrutaba “tela” con este juego de pegar a la gente era Nieto, la que se daba de reir cuando le zumbaban fuerte a Romero, Juan o quién fuera, él se partía, casi siempre que se la quedaba era por reirse con su escandalosa carcajada).
Con el paso del tiempo estas posiciones fueron degenerando, quién se la quedaba entró un tiempo agachado, hasta que el “jurado popular” se lo prohibió, entonces se pasó a entrar semiagachado y pegado a una de las “paredes”, pasando la cabeza más o menos a la altura del pecho de quien estaba allí (además era imprescindible poner el careto más horrible que fueras capaz de recrear, obviamente no eras tú quién lo modelaba, sino el miedo que te invadía), como se quedaba la cabeza de este por debajo de las manos, la postura de los estatuas fue degenerando hacia una mano arriba y otra abajo, las dos abajo o posturas rarísimas.
Otra regla que era inquebrantable era el hablar, reír o simplemente quejarse: si eras “estatua” pasabas a quedártela, pero si estabas dentro y decías algo … el típico señalando con el dedo “tú” ó soltabas un alarido al recibir un bofetón … “veda abierta” se lanzaban a tortazos indiscriminadamente contra ti, así que callaito.
¿QUIENES NO QUERÍAN JUGAR?
Esta quizá sea la pregunta más fácil de responder, pero por puro sentido común, las “cabecitas más deseadas” eran precisamente las que no tenían muchas ganas de jugar, pero cuando alguna que otra vez caían en la trampa de la coacción y chantajes emocionales del “imparcial jurado popular” salían poco calentitos de allí, por lo menos “de cuello parriba”. De nuestra clase de Don Fernando, quizá de los mas “deseados” fuesen Juan (el orejón, en todas las clases hay alguno ¿no?) y Cuesto (¡qué tío más inocente! Al menos entonces; por cierto hace poco lo ví en Sotiel, resulta que ahora vive allí).
¿PORQUÉ PREGUNTAS TANTO?
Porque estoy escribiendo yo y pregunto cuanto quiera ... ¡no te digo!
“MOSCA” … (silencio) …
Que relato más exhaustivo sobre ese jueguecito "cruel" que tanto se practicaba en los recreos del Menéndez y Pelayo (aunque se jugaba en todos los patios de colegio y demás campos de juegos infantiles). Magníficamente descrita la evolución postural de los "concursantes"
ResponderEliminarRecuerdo especialmente, que cuando el que la quedaba se ponía el "sombrero", entonces llovían los tortazos. Algunos parecían que tenían mas de 2 manos.
Te animo a que sigas "redescubriendo" estos juegos infantiles que tanto nos hicieron disfrutar
Brother, pues me ha costado sacarlo, no sabía como ordenar ls ideas de una forma más o menos coherente y fácil de seguir, finalmente salió la tontera esta de las preguntas, pero luego mientras más escribía más preguntas se me ocurrían, con lo que tenía mas texto en interrogativa que afirmativa ... tuve que hacer un agrupamiento y quedó así. Al menos lo más relevante está dicho ¿no?
ResponderEliminarSaludos
quedada para jugar a MOSCA YA
ResponderEliminarGrandes dotes descriptivas posee el Catum, en este juego los que no querían jugar nunca eran los bajitos y cabezoncillos que recibían una de palos que no te digo ná, y cuando a ellos le tocaba el soltar la mano resulta que no llegaban al tarro enemigo , teniendo que pegar un pequeño impulso, lo cual significaba que te viera el moscón real.
ResponderEliminarLo mejor del relato la última pregunta, hay te has salío, creo que la olla no se te quedó muy bien desde la infancia con estos juegos.
C.A.M.
SajurbaC: Como tenga el mismo éxito que está teniendo la de los bolinches ...
ResponderEliminarCAM: Mi cabeza no salió indemne del Menéndez, eso te lo garantizo, pero peor salíeron mis riñones por culpa de "Los Burriquitos Escailones" ... pero eso es "harina de otro costal".
Saludos
Post de "Los Burriquitos Escailones" YA!!!
ResponderEliminarSaludos
Por cierto cuando jugabamos los de mi edad, cuando hacias trampas o te equivocabas al señalar o algo de eso y tenias que pasar una vez por el pasillo a toda hostia porque ahi no habia piedad alguna(caian patadas incluso) eso se conocia como TIBURON jajaja
ResponderEliminarcada vez que se escuchaba tiburon, tiburon, tiburon...(cantando en modo guerrero americano) el que tenia que pasar empezaba a notar como el sudor le brotaba por todas partes... mas de uno salia a correr, le ponian la "patilla" y de boca, y ahi no habia ningun tipo de miramiento... se le hacia lo que se conoce como "un suelo" que consistia tirarse la patulea de 10 tios encima del otro hasta que a mas de uno se le empezaba a poner la cara verde(o morada no se, es que soy daltonico) y ya se quitaban todos...La verda que un poco bestias si que eramos...
Y que decir del tipico que no hacia mas que meter cizaña y le tocaba hacer mosca...
Y bueno ya para terminar, de esto os hablo ya de bachillerato, en los recreos nos poniamos a jugar y al ultimo que se la quedara antes de la sirena, por "listo" se le aplicaba el ultimo castigo conocido como "zosqueria", que bueno, os podreis imaginar...
Jajaja, Sajur estás en plan "culito veo, culito quiero".
ResponderEliminar¿Tiburón?, pues es posible que se llamase así pero no lo recuerdo (es que para recordar todos esos vocablos después de un cuarto de siglo sin usarlo ... hace falta un buen "iaco duro", por lo meno de 500 Gb). Pero se llame como se llame si que está contado en el post(y lo he denominado "pasillo de la muerte")
Saludos a ambos.
cuando el demonio no tiene na que hacer , abre el culo y coge ¿MOSCAS?
ResponderEliminarJaaajajajaja!!!...ay madre, la que me he dado de reir acordándome (con tan exhaustiva descripción) del "jueguecito" de marras...(y eso que más de una vez salí con la cabeza como palmito arrancao a patás...
ResponderEliminarY hablando de profesionales del juego...al amigo Gamba no había quien lo cogiera...el bicho se movía a tal velocidad mirando a unos y otros que era literalmente imposible moverse sin que te cazara...(...joder con el tiburon...jajaja!...se ve que con el tiempo el juego se fue "refinando"...)
Sajur...el post ha estado bien, pero déjate de historias con la quedada, esa que ya no tenemos la azotea pa tsunamis (anda, que te toque alguien como el Oliva en el pasillo...que con las manos de pianista que tiene vas a tener que pillar el AVE para ir a recoger tus globos oculares...glups!)
ahora jose q hablas del Gamba, si es verdad, recuerdo su velocidad de movimientos y su cara de asustao jajajaja
ResponderEliminarBueno, si no quedamos para jugar a Mosca, lo hacemos para tomarnos unas cervecitas u o cubatitas, segun el ejemplar.
Saludos a tod@s
Cierto, El Gamba era un "intocable" vaya nervios ... y vaya careto que ponía cuando estaba dentro, muchas veces se safaba porque alguno de los que lo víamos éramos incapaces de aguantarnos la risa.
ResponderEliminarLo de la cervecita creo que si vamos a ser capaces de conseguirlo...
Saludos
jajajajaja. A ese juego nunca he participado voluntariamente, pero recuerdo que he jugado sin querer hacerlo. Recuerdo el el Pub Arlequin que se ponian dos filas de graciosillos justo antes del servicio y como te despistarás y pasarás por allí te llevabas algún cocotazo.
ResponderEliminarSaludos
María I.
Hola María I: eso que comentas era muy recurrente; muchas veces cuando estaba el grupete hablando y sin darse cuenta formaban el pasillo ... con ná que pasara uno (medio conocío) por medido, allá que te iba el espabilao de turno ..."MOSCA"... y el otro a correr si no quería salir malherido de allí.
ResponderEliminarSaludos
Jajajajaja!!! menuda panda de cabritos andais hechos...(Sólo espero que si alguien se agachaba para lo que fuera no se escuchase "¡churra, media-manga, manga-entera!"...uf, que horror para los riñones del pobre incauto...)
ResponderEliminarY a colación con la historia esa del tiburón...Para regocijo de todo aquel que pudiera temer que tan "didáctico" juego se perdiera en la memoria, os he de contar que este Viernes, cuando pasaba por delante del Funcadia (el colegio ese que hay en Huelva junto a la ONCE) escuché a un buen grupo de chavales gritando ¡TIBURÓN! ¡TIBURÓN! ¡TIBURON! con esa entonación que sólo el ansía de sangre imprime en la voz del cafre desquiciado (..no quise ni mirar...pero me alegró saber que, aun en su versión modernizada, el jueguecito pervive en nuestras escuelas...jejeje...creo que aquel día uno llegó a casa con la cabeza como la de los perritos estos que se ponen en los coches...)
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