500 entradas

En algo más de un año y tres meses, hemos alcanzado la cifra de las 500 entradas (en realidad alguna más porque se me ha pasado la Nº 500), las cuales han dado mucho de sí ... aunque la mayoría no han servido ni para entretenerse mientras evacuan (¡qué gran invento el internet móvil! ...).

Quería hacer algo especial para conmemorar este evento y no se me ocurre nada mejor que reeditar algunas de las que creo que han tenido más éxito ó simplemente dieron bastante juego (aunque no quiero decir que fuesen las mejores: usaré para ello una "entraga gráfica" y otra "entrada escrita" ... aunque para terminar con esta reedición os propongo una encuesta con varias opciones para reeditar la que a vosotros más os haya gustado (si es que os ha gustado alguna).
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¿Qué hacer con una mosca muerta?

1º Matas unas cuantas moscas, con cuidado para que queden enteras.
2º Déjalas secar una hora al sol.
3º Toma las moscas, coge un lápiz y papel, y... ¡deja fluir tu imaginación!

Algunos ejemplos:









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LAS ERAS PREBOTELLÓNICAS

Está bien que en las enseñanzas obligatorias se estudien la Historia de España y la Historia Universal (amén de la local y regional), pero estas nuevas generaciones que no han tenido la “suerte” de conocer otra nocturnidad que no sea el botellón y la Estación (o Blue), se encuentran a veces enajenadas, no saben de dónde vienen (y mucho menos a dónde van), por eso me tomaré la libertad de ser su profesor en esta materia que los planes de estudio actuales han olvidado de incluirlas.

Los que contamos con más de treinta y tantos años, hemos vivido salidas nocturnas de muy diversa índole, los de menos de treinta también, pero me refiero a que ahora, todas las salidas de los chavales comienzan en el botellón.

No diré que los de nuestra generación no hemos hecho botellones, pero antes de esta era del botellón masivo existió una era “pre-botellónica” que pasó por diferentes etapas, seguramente similares o, al menos, con algunos puntos en común en todas las localidades, pero yo relataré la que me tocó vivir a mí en Valverde (y por ende a mis paisanos coetáneos, nacidos a mediados de los setenta):

“ERA BIRROLITRÓNICA”

Dícese de la época del litronéo, muy generalizada en los bajos ochenta, la cual los de mi generación la conocimos más … por buscar los cascos vacíos por el parque (o por la playa), en diferentes “matos” de arbustos dónde los escondían los usuarios de mayor edad, para que “El Peseta” (también llamado El Corte Inglés) nos diera los cinco duros de rigor y gastarlos inmediatamente en chucherías, … que por bebernos las cervezas en sí, que todo sea dicho, algunas si que han caído.

“ERA MARTINOCALIENTE APALOSECO”

También conocida como “PasamelMartini quepagaoiguáquetú”.

Aún con el cuerpo (y el hígado) sin terminar de formarse, cuando ni por asomo teníamos la edad mínima para consumir ese tipo de bebidas (estipulada en 16 años), pero con las hormonas rebosando por todos los poros del cuerpo (principalmente en forma de espinillas y granos) y el ansia y la necesidad de conocer y luego de sentirse bajo los efectos de las bebidas espirituosas, nos las ingeniábamos para engatusar al “Piché” y que nos vendiera una botella de Martini.

Los probamos “de tós colores” (aunque antes sólo había tres el normal, el rosso y el bianco), pero eso sí: caliente, recién sacado de la estantería y sin vasos, ni hielos, ni refrescos, ni ná de ná … nos saltábamos la tapia del colegio (ya teníamos la práctica de años atrás para jugar al baloncesto ¿recuerdan?) y allí, al trago nos íbamos pasando la botella los 5 ó 6 imberbes jugando a ser mayores.

Claro, así íbamos luego bajando La Calleja, enganchaos unos a otros, algo parecido a las formaciones del rugby antes de entrar a la melé, pero con los jugadores entonando cánticos regionales (aunque los nuestros eran más anglosajones que andaluces, siempre nos ha gustado el british-pop “tirando más bien pa lo tecno”).

“ERA TASCOBARETÓNICA”

Esta época se extiende desde el ocaso de la era “Martinocaliente …” hasta los albores de la era “Parqueotabernoica” (explicada posteriormente).

Consistía en que, al ir siempre tiesos de dinero, y extinguirse la era anterior (porque el guarda del colegio se puso en guardia), nos vimos en la coyuntura de tener que buscarnos el anhelado líquido elemento de otra forma que pudiera sufragarse … solución: buscar la tasca, garito, antro o bar de viejos que tuviera la cerveza, vino, mistela o lo que fuese con más de 5º, lo más barato del mundo.

Esta era está a su vez subdividida en numerosas etapas, que varían en función del grupo o clan al que pertenecieras, pero que en numerosas ocasiones convergían en espacio y tiempo.

Algunas de estas etapas más comunes en todos estos clanes eran:
- “Etapa Salónica”: No se refiera a la antigua Grecia, sino a un antro conocido como “el Salas”; se me nubla la mente por momentos pero creo recordar que aquel “señor” era un poco desviado (vamos, que era … pero que no salía … del armario) y por eso dejaba que entrásemos las pandillas de barbilampiños quinceañeros allí y tomábamos principalmente botellines y “medias” de vino o mistela (cosa que se está perdiendo poco a poco, aunque en Valverde todavía hay muchos sitios donde te las ponen).

- “Etapa Estrelloidéa”: Tampoco se refiere a que mirásemos a las estrellas, aunque en esta etapa más de uno acabase en el suelo observándolas involuntariamente. El local en cuestión (como muchos habrán adivinado ya que sigue abierto actualmente) es el Bar Estrella, que no era un garito a la usanza de los por nosotros frecuentados, sino todo lo contrario, era un bar bastante límpio y decente, donde además podías ir a comer, pero no era el caso. El “defecto” que tenía era que los cubatas estaban muy baratos y ya íbamos cogiendo algunas experiencias en esto de mezclar bebidas, por lo que preferíamos tomarnos “sólo” dos o tres copas pero de lo mismo que íbamos a seguir tomando luego en la Patton (esto es otra historia y etapa que veremos en otro curso).

- Etapas menores en las cuales se iba rotando de un “bareto” a otro sin tomar ninguno como fijo el suficiente tiempo para considerarlo una etapa en sí, las consideraremos como “Fases”. De entre ellas mencionaremos a las:

o “Fase Ladrillógena”: del extinto bar ladrillo, tasca emblemática del pueblo, convertida hoy día en gimnasio … ¡paradojas de la vida!.

o “Fase ViñoFiscolánea”: En la Viña Fiscal, donde hoy está la tienda de congelados de Vicki (hermana de Diego de la Casita de Papel) hubo un bar que usábamos para tomar la/s última/s, jugando al, por entonces, viedeojuego de moda “Double Dragon” (ya ha llovío algo).

o Cada clan tenía la suya, por ejemplo los que vivían en la zona Suroeste del Pueblo tenían varios garitos míticos como El Alcornoque, el cual no sabemos si se quemó, pero ya lleva cerrado unos cuantos años, El Garajillo, desde siempre un referente “cultural” y la más clásica de la zona la sempiterna “Tasca de la Benita” que existe desde que Dios creó el mundo, más concretamente desde el segundo día: el primero Dios creó la luz y el segundo creo a “La Benita” pa tomarse unas birrillas cuando acabase de crear … es que crear cansa mucho ¿en?.

Pero de una manera u otra todas acababan en la última de la estapas Tascobaretónicas, de concurrencia común en todos los clanes valverdeños:

- “Etapa Candilaria”: No tiene nada que ver con el Rocío ni sus peregrinaciones complementarias, como la mayoría de los leyentes adivinarán se refiere al más que mítico “Bar Candil”, un bar de mayores que tuvo “la desgracia” de estar ubicado en plena zona de marcha juvenil, junto a la discoteca y La Bolera (¡qué recuerdos!). Aquí ya cada uno iba a un rollo distinto, cuyo abanico comprendía desde las inocentes mistelas y botellines (muchos de ellos mangados y calientes, ya que solía dejar las cajas llenas al alcance de la mano de unos adolescentes sedientos y sin dinero), pasando por los cubatas y chupitos que se empezaban a ver entonces, hasta los “pucheros extremos” que consistía en pedir un aguardiente y sin mezclarlo con agua bebérselo de un trago (y luego el agua) … nunca me atreví a probarlo (y quien diga lo contrario miente) pero esta bomba hacía estragos en los “Weos”, “Ñecos”, “Vandys” y demás ganado de la época (son algunos motes de personas que no pretendo que reconozcan. Sajur, tú calla).

“ERA PARQUEOTABERNOICA Ó ESCALERILLOCOPEIDEA”.

Es la última de las épocas Prebotellónicas, consistentes en un auténtico botellón pero sin acumularse las masas en un solo sitio ni ser de “obligado cumplimiento” todos los fines de semana.

Comenzaba por las típicas celebraciones de cumpleaños por lo que el cumplidor compraba algunas botellas y nos íbamos a beberlas a algún parque semiescondido. Posteriormente las excusas para hacer “Taberna” (así llamábamos los Plateros al botellón entonces) se iban incrementando y ya valía aprobar un examen, encontrar trabajo, comprarse una moto o coche o simplemente el hecho de haber ligado, lo importante era tener algo que celebrar, por lo tanto lo que en un principio era algo esporádico se convirtió en rutina y así se fue llegando a la era botellónica.

Como sus nombres indica esta era estaba dividida en dos núcleos principales:

Sección Parqueotabernoica: donde los Plateros (junto con “los singanas”) tenemos el dudoso orgullo de ser los precursores de dicho lugar: el actual parque de los mamotretos, mucho más siniestro por aquellos entonces. Poco a poco se fue erigiendo como zona de concentración y cada vez acudían más jóvenes a “hacer taberna” allí; durante muchos años cada “clan” tenía su banco o lugar en el parque el cual era conocido y respetado por todos, de modo que si algún sábado llegaba esa reunión tarde por el motivo que fuese … allí tenía su sitio reservado y merecido por los años de asistencia; pero a medida que las masas aumentaban y los chavales clamaban por el resurgir de una nueve era se fue al garete el respeto mutuo, la ubicación y el compañerismo reinante, dando lugar a la era Botellónica contemporánea.

Sección EscalerilloCopeidea: el otro gran núcleo de los originales botellones era la Escalerilla del Copeiro (o su mujer la Elin), siniestra como ella sola (la escalera), no se veía ni torta y por ello (y por la ingesta de alcohol) se pegaron por allí varias tortas. Simplemente por la cercanía a la discoteca se llegaron a amontonar allí numerosos jóvenes (hoy treintañeros) pero nunca llegó a cuajar del todo por lo que, tarde o temprano, todos acabaron subiendo sus bolsas al Parque de San Pedro, dando lugar a la era Botellónica contemporánea, que dicho sea de paso, está dando sus últimos coletazos debido al mal comportamiento de los chavales, generando numerosos conflictos entre ellos y con los vecinos, así como la cabezonería política que trata de prohibir que se consuman bebidas en la calle (otra gilipollez, en Asturias … “po fale”, ¿pero aquí en Andalucía que se está mejor en la calle que dentro de los locales la mayor parte del año? No tiene sentido).