Después del mirador de Peñaliendre continuamos la expedición …
Empezamos bajando pensando que tal vez íbamos ya de vuelta por otro camino, pero esa bajada no tardaría mucho en ponerse en nuestra contra ya que ahora nos tocaba ascender 150 m pero esta vez no por un camino suave, sino por un barranco, apenas 500 de subida pero que “no hay dios” que la haga sin pararse “a ver el paisaje”, si no me creen vean a los chicos como iban para arriba …

… y las chicas subían como buenamente podían y eso que iban descargadas de niña y “bártulos” …


En una de estas “paradas contemplativas” me encontré con otro objeto muy curioso, no os puedo decir a ciencia cierta si es una piedra o un tronco de árbol seco (porque estaba en el cabezo de enfrente), pero su silueta tiene un parecido asombroso a la de un coyote o lobo aullando, miren:

Al llegar arriba, alcanzamos la cima del pico del diablo (1364 m) desde donde tenemos otras panorámicas espectaculares, sobre todo de la Sierra de Guadarrama nevada:

Desde aquí, separamos nuestros caminos ya que el grupo se dirigía a Collado Villalba y a mi me indicaron que por ahí había un camino más rápido para llegar a Moralzarzal.

Resulta que desde el alto, donde pasé por una pequeña valla de piedra medio derruida, es ya zona militar del Cuartel Militar de Hoyo de Manzanares y esta zona de sierra la usan como campo de tiro (el amigo Gamba puede dar buena fé de ello ya que me comentó que estuvo un año en este cuartel). Por suerte un domingo es muy raro que se pongan a “dar tiritos” y por ahí no hubo ningún susto …
El paseo por los enormes cortafuegos era bastante cómodo, incluso diría que aconsejable porque tiene algunas vistas y zonas bonitas … el problema es que, por motivos obvios, está prohibido el paso e incluso puedes tener un problema con el ejercito si te descubren por allí husmeando …
Se ven algunas formaciones rocosas curiosas como esta que, en lo alto de una loma, parece una castillo en ruinas (me recordaba al de Aracena):

Hay algunos riachuelos (los cuales me venían como agua de mayo, ya que os recuerdo que salí sin agua ni nada … la radio pa escuchar música y “yastá”), estos riachuelos siempre nos dejan algunas instantáneas bonitas:


Pero llegó un momento en que me canse de hacer fotos … bueno de hacer fotos y de todo, estaba francamente cansado, pero debía de seguir para llegar a Moralzarzal a una hora decente para comer. Al subir a un pequeño repecho por los citados cortafuegos me encontré con una casa similar a la de Peñaliendre, es la llamada “Casa de la Solana”

Desde aquí, donde me paré a descansar un poco tras aproximadamente 4 horas de paliza, es donde comenzó mi auténtico calvario:
Toda la zona militar (excepto por las cumbres) está acordonada por varias filas de alambres de espinos, prácticamente infranqueables. Después de verlo tranquilamente por Google Earth (y de repetir el caminito otro día) sé que es a esta altura donde tengo que desviarme para buscar Moralzarzal y ya conozco un sitio por donde hacerlo … pero aquel día y tras los consejos de “mis compañeros” diciéndome que había un camino, me pasé casi una hora bordeando la valla y buscando el hipotético camino … camino que ya se que no existe.
Extresado y agobiado por saber que estaba en zona militar y que debía estar allí el mínimo tiempo posible si no quería meterme en problemas; cansado tras más de 5 horas de camino y sediento porque por esa zona no encontré más riachuelos … llegó un momento en que me senté y por poco no me echo a reír al verme en tal situación, como dije antes me recordaba mucho a “el último superviviente” y traté de hacer lo que él hace, es decir relajarme, orientarme (aunque nunca estuve desorientado, simplemente no encontraba el camino de vuelta) y buscar una solución.
Volví para atrás por el cortafuegos porque sabía que me estaba alejando de mi destino y en cuanto ví un lugar por donde podía saltar la valla así lo hice; lo malo fue que tube que andar bastantes metros campo a través; luego “topé” con un cortafuegos antiguo (se nota que era antiguo porque era mucho más estrecho y la vegetación se está apoderando de nuevo de su territorio) y este me condujo en poco tiempo al camino de la Dehesa de Arriba que en pocos kilómetros te devuelve a mi pueblo de acogida …

En el punto más alto de este camino hay otro mirador, con vistas también bonitas, pero no comparables con de de “la alta montaña” … aunque a mi me sabían a “gloria bendita” ya que se veía el pueblo con su plaza de toros destacando y el monte Cabeza Mediana (o del Telégrafo) detrás, donde subí este sábado pero eso os lo contaré otro día.

Tras casi 6 horas de tortura (desde las 10 que salí tras ver la carrera que gano Alonso, hasta las 15:50), porque eso ya no es un paseito, ni algo agradable … llegué destrozado a casa, ese fin de semana estaba solo así que tenía que hacerme hasta la comida, llegué, me senté en el sofá con una botella de agua al lado y no diré que no comí, pero … lo que no voy a decir es la hora a la que lo hice … (“estrozaito, estrozaito”) …
A las dos semanas repetí la excursión (masoquista que es uno), pero ya sabiendo dónde me metía y por donde tenía que atajar y en poco más de 4 horas y sin sobresalto cubrí el expediente y me impuse al “caminitodelamuerte” …