Domingueando

¡Eah! … ya estarán los de siempre pensando que la entrada va de “domingas” … ¡po no! … eso, si acaso, mañana … hoy la cosa va de “domingueros” y es que este pasado fin de semana hemos disfrutado, los sufridores que vivimos en la centro iberia, de un fin de semana espectacular, climatológicamente hablando, cosa que aprovechamos para quedar el Sábado en un paraje cerca de la Barranca (valle al Sur la Bola del Mundo y Oeste de La Maliciosa) para pasar el día con los niños.

Ya que habían quedado a las 11 (a este personal también le gusta madrugar por los cojXXX …) y aún tenían que comprar algunas cosas, un amigo y compañero de curro y yo decidimos arpovechar la oportunidad y salir tempranito para darnos una caminata hasta allí desde Moralzarzal. A las 8:30 estábamos en marcha y tras pasar por Becerril y Navacerrada, en poco más de dos horas ya habíamos llegado a nuestro destino (el la imagen se ve el pantano de Navacerrada a la izquierda y el Valle de nuestro destino al fondo … también se aprecia que aun hay restos de nieve 10 días después de que nevara…)

Como dije antes, a las 10:30 ya estábamos en La Barrranca y como a las familias no se les esperaban hasta cerca de las 12, decidimos dar una vuelta por la Senda Ortiz (que ya os la mostré la pasada temporada) para volver a bajar hasta cerca de Navacerrada pueblo. Justo al lado del Hotel La Barranca hay dos pantanos (o diques … que los hay muy puntillosos …) y ambos presentaban este aspecto: totalmente helados:

Cuando íbamos bajando, vimos a un nutrido grupo de gente con un golpe de niños junto a otro pantanito, armando mucho jaleo (sobre todo los infantes): “Iván, esos son ellos, fijo” … y, como no podía ser de otro modo, cuando llegamos (tras más de 4 horas de caminata) eran ellos ...; allí nos juntamos más de 30, a unos los conocía y a otros … bueno, ya los conozco …

Echamos un día estupendo: los niños disfrutaron sueltos como fierecillas, mojándose (por supesto) con el agua de una fuente cercana y tirando piedras y palos al hielo para intentar romperlo … pero ni de coña lo conseguían … incluso un padre, “se puso to chulito él” y le hizo la “prueba de carga” al hielo: agarrado a la barandilla se puso de pié sobre la plataforma y viendo que lo soportaba empezó a dar saltitos … hasta que crujió el hielo y metió toda la bota en el agua helada … hecho que, como pueden imaginar, conllevó al pesar y lamento del resto de los asistentes … (solo faltó cantarle a coro aquellos de “TOOOOONTOO … TOOOONTOOO …”)

Aunque imagino que el hilo argumental del día se lo imaginarán, ¿verdad?: adultos (principalmente masculinos) ataviados con líquidos espumosos, formando uno o varios corrillos de conversación …

… y las mujeres mientras tanto …

… ¿haciendo “botellón”? … ¡ostras (qué fino soy a veces…), po ha cambiao más este cuento que el de Caperucita que se fue a lavá el coXXX al río”! … (“ar carajo la finura”…)

Ahora, eso si, con ná que se puso el sol detrás de las montañas tuvimos que salir de allí “a carajo sacao” … ¡qué frió! … “vámonos a un bar que todavía es mu pronto pa enclaustrarnos en casa” …