Yo fuí a EGB

Pretendía retomar "este nuestro blog" escribiendo al menos una vez por semana y no lo hago ni una vez al mes (vamos, más o menos como otra cosa que tembién me propongo hacer más a menudo ...).

No he tenido más remedio que romper mi silencio al ver lo que ha publicado un blog al que me he enganchado en los últimos tiempos "Yo fuí a EGB", que en cierto modo se parece a esas entradas que hemos publicado por aquí de nuestra infancia. Publicaron una entrada de esas que no se pueden dejar pasar por alto y por ello os la transcribo tal cuál, esperando que os guste tanto como a mi:

Sin internet y sin demasiado dinero para comprar revistas nuestras principales fuentes a la hora de documentarnos sobre música eran dos: pasarte la tarde en una tienda de discos viendo vinilos o ese boletín BID de Discoplay que recibíamos cada mes. Y os aseguro que conocíamos de memoria las caratulas de todos los discos.

Recuerdo ese momento en el que lo recogías del buzón como uno de los más emocionantes del mes. Descubrir todas las novedades, marcar con un rotulador todos aquellos discos que te querías comprar y luego nunca te comprabas y, sobre todo, un montón de nuevo material para decorar tus carpetas y las caratulas de tus cintas de cassette caseras.

Portadas míticas del BID de Discoplay

La revista que en principio se llamaba Discoplay pasó a denominarse BID a partir de enero de 1984 y fueron Mick Jagger y Keith Richards de The Rolling Stones los que protagonizaron su primera portada, el número uno. Curiosamente fueron también ellos, con el león de su disco Bridges to Babylon los encargados de cerrar la etapa BID en noviembre de 1997. Después continuó diez años más con el nombre de Boletín Discoplay, pero ya no era lo mismo.

Durante esos 13 años no hubo ni un gran acontecimiento musical que no pasara por aquella portada. Dire Straits, Mike Oldfield, Nirvana, Guns N’Roses…

Sin olvidarse de algunos grandes estrenos cinematográficos como La Mujer de Rojo, que se convirtió en nuestra Marilyn en 1984

Y alguna que otra portada bastante cutre como aquella en la que esta tía en albornoz recogía en la puerta de su casa todos los discos que le habían tocado. Muy natural todo.

El interior del BID de Discoplay: de todo un poco

Pero es el momento de que abandonemos las portadas y pasemos a su interior. Allí nos encontrábamos con las discografías de todos nuestros grupos favoritos bien ordenadas y con la carátula de cada uno de sus discos, como ocurre hoy en Spotify. Y de vez en cuando el anuncio de algún concierto con el que se nos ponían los dientes muy largos, pero casi siempre eran en Madrid o Barcelona y todavía no teníamos edad para que nuestros padres nos dejaran ir hasta allí. “Algún día seré mayor de edad e iré a todos los conciertos“.

No nos olvidamos de su sección de pósters con todos aquellos iconos que decoraban las paredes de nuestra habitación.

Y a la hora de vestirnos, toda una colección de camisetas de los grupos de moda. ¿Alguien llego a llevar alguna de estas de Hombres G?

Todo tipo de accesorios y complementos, láminas, regalos, coches en miniatura y figuras de modelismo. Cada mes el BID era una caja de sorpresas y como se titulaba su sección tipo mercadillo, allí podías encontrar De Todo Un Poco.

Solo le faltaba una cosa para ser perfecto, que los discos se pudieran escuchar. Quien nos iba a decir entonces que algún día lo podríamos hacer a golpe de click.