(No creo que sea necesario explicar que esa novia no es Mimana, ni la que baila tan efucivamente su cuñá ... pero ya iremos subiendo algunas cosas ...)
(No creo que sea necesario explicar que esa novia no es Mimana, ni la que baila tan efucivamente su cuñá ... pero ya iremos subiendo algunas cosas ...)
Pero en lo que realmente no creo lo más mínimo, es en las supersticiones, espíritus y demás superchería … pero … desde que nuestra “Ira–Vamp” se está tomando “su particular venganza” (conocen la nueva peli de Flo ¿no?, por si hay algún despistado o menos cinéfilo, si es posible, que quién suscribe, se llama “La Venganza de Ira-Vamp”), aunque más que una venganza es una bendición, en estos últimos días las noticias buenas se están acumulando y me pregunto: ¿tendrán algo que ver los hados de La Vampiresa?
Por un lado, mi mujer ha vendido su primera Thermomix …¡anda, esto se me olvidó contároslo!, ¡si es que yo también tengo unos cojXXX!, aquí haciéndole publicidad gratuita al amigo “Eugeniopinturas” y no se la hago a mi señora esposa. Desde hace aproximadamente un mes se dedica a hacer demostraciones gratuitas (y vendérsela a quién le interese, por supuesto) de la archiconocida maquinita de cocina que te pica, raya, amasa, guisa, cocina al vapor, etc, etc … vamos, que solo le falta tener “un agujerito” por dónde XXX, porque seguro que también “te apañaba” … “¡no iba a haber solteros!” …
Por último, el partido de la Selección Española: esta es la queremos ver, aunque durante algunos tramos del partido aburriesen un poco, daban sensación de dominio total y absoluto de la situación y, lo que es más importante, frente a un rival de gran entidad como Portugal. ¡¡ Por fin ganamos bien ¡!, justitos, pero bien. Ahora nos espera Paraguay, no es que sea una selección muy temible, pero es que ya no me fío de nadie y con lo bien que nos está yendo, mira que si ahora la cagamos con los más débiles como ya ocurriera contra Suiza, y nos echan del mundial por un gol injusto y de rebote …

En mi ignorancia sobre la alta montaña, creía que habría un vivac en cada cima, para que a los montañeros les fuese fácil localizarlos, pero alrededor de Cerro Minguete hay al menos 6, y en lo alto del Montón de Trigo otros 3 ó 4 … al final esto parece un hotel de 5 estrellas con “todo incluido”, no me quiero imaginar las juergas que se tiene que montar allí cuando estén todas estas “habitaciones” ocupadas … (os muestro algunos de los que están en mejores condiciones)
Desde allí se encara la ascensión del Montón de trigo, bajando previamente hasta el Collado Minguete, y desde allí hasta aproximadamente la mitad de la ascensión al Montón de Trigo no ofrece mayor dificultad que la propia de lo empinado de la subida; pero la cosa se complica cuando llegamos aproximadamente a los 2.000 m de altura, donde la tierra y la frondosa vegetación da paso a un bosque de rocas y guijarros, que son los que, desde la lejanía, tiene el aspecto de granitos de trigo. En la imagen anterior vemos lo que nos queda por subir y no crean que es una imagen “al tuntún”, sino que es por donde hay que subir … os he marcado con círculos rojos los montoncitos de piedras que indican el camino.
Ya a mitad de ascensión las vistas son espectaculares, aunque parciales, pero cuando se alcanza la cumbre (2.154 m.) se tiene una visión 360º de toda la Sierra Norte Madrileña (y Sur Segoviana). En la anterior, mirando hacia el Oeste, se aprecia (además de lo comentado en imágenes anteriores sobre el Embalse de Navacerrada, el Cerro del telégrafo, la Sierra de Hoyo y pueblos como Cercedilla y Collado Villalba) casi todo lo andado en éstas más de dos horas, como se ha subido por el Valle de la Fuenfría hasta el puerto homónimo, desde éste al Cerro Minguete y luego al Montón de Trigo, desde dónde está tomada la foto.
Si giramos la vista hacia el Sur, vemos en la parte inferior de la imagen el citado Puerto de la Fuenfría, arriba a la izquierda Cerrro Ventoso y tras él, con mayor envergadura (si analizamos esta palabrita se las trae … “en–verga–dura” …) Siete Picos; más a la izquierda “La Bola del Mundo”(ahora se aprecia mejor que en las imágenes del otro día), con algunas pistas de esquí de la Estación del Puerto de Navacerrada; Entre 7 Picos y La bola del Mundo, se ve, al fondo, la cumbre de “La Maliciosa”, la primera y más prominente de las cumbres de más de 2.000 m que se ve desde el valle, accediendo desde la Capital hasta la Sierrra.
Mirando hacia el Este, en primer lugar vemos el Valle de Valsaín, ya perteneciente a la provincia de Segovia y al fondo los picos más altos de la Sierra de Guadarrama: “Peñalara”, con sus 2.428 m. sobre el nivel del mar.
¡Ojú, qué susto se habrán dado!, cuando ya esperaban ver otro paisaje, aparece “el menda” en plan superhéroe coronando el Montón de Trigo (menos mal que me enseñe a programar la cámara para autofotografiarme).
Por último, mirando hacia el Norte, se ven los tres picos que conforman “La Mujer muerta” y ahora en verano se observa claramente el sendero de ascensión al primero de ellos. Por aquí fue por donde descendí esta Montaña hasta el collado inferior y en estas primeras rocas fue donde me torcí el tobillo por primera vez (un mal apoyo y calzado inapropiado para la alta montaña … hay que comprarse unas botillas "más propias"). Desde este collado procedí a deshacer lo andado, pero esta vez sin subir de nuevo al Montón de Trigo, lo bordeé por un sendero donde de nuevo me volvía a doblar el mismo tobillo … ya van dos veces y menos mal que estando en caliente no duele demasiado …
El resto de la ruta ya tiene poco nuevo que contar, de nuevo se asciende a Cerro Minguete y desde éste se va a peña Bercial, a este tramo pertenece la foto anterior, donde se aprecia una valla tirada que separa las provincias de Madrid y Segovia. 
La doble torcedura de tobillo me originó un pequeño esquince que no pasó a mayores, pero por ahí, al tener (se supone) los niveles de ácido úrico elevados me derivó un ataque agudo de gota (si la enfermedad de los reyes … y el “minirey”, que es otro de mis motes de la época, no iba a ser menos). Ya estoy prácticamente recuperado, pero me ha tenido K.O. una semana y tocado otras dos. Desde ahora: más “senderitis” y menos “birritis” … al menos, por aquí que ni me van ni me vienen las fiestas, pero cuando llegue el 11 de Agosto y empiece la Feria “cualquierilla es quién me aguanta” …
Aquí es donde está el verdadero “tomate” del asunto, no porque el color del tomate se encuentre en este rango de color (vamos, no creo que discutamos si digo que éste es rojo ¿no? … al menos en su etapa madura), sino porque los matices de color ya rozan una sutileza extrema, para diferenciar algunos casi se hace imprescindible el uso del espectrofotómetro (que conste que no me lo he inventado, es un aparato que se usa, para distinguir tonalidades de color) … ¡con lo fácil que sería manejarnos con un círculo cromático como este:
Además es hasta fácil de usar, semejante a la rosa de los vientos:
Índigo:
Añil:
Berenjena:
Morado:
Púrpura:
Malva:
Violeta.
Lila.
Magenta
Esta foto calculo que será de los primeros ochenta, posiblemente previa al mundial de España’82. A modo de comentarista deportivo de televisión daré el once inicial (espero hacerlo algo mejor que J.J. Santos):

El recorrido que os mostraré hoy es el que pretendíamos hacer en aquella “marcha nocturna”, salvo que aquella noche no estaban algunos para más jaranas así que no subimos al pico más alto de la excursión, al cual en esta ocasión si subí, pero vamos por partes:
Tras dejar el coche en las Dehesas de Cercedilla (a unos 1350 m aprox.) se coge la antigua Calzada Romana que data del siglo I d.C., en tiempos del emperador Vespasiano y que unía Titulcia (localidad próxima a Aranjuez) con Segovia, atravesando la Sierra de Guadarrama por el Puerto de la Fuenfría.
Esta calzada en los primeros tramos se encuentra en perfecto estado de conservación, deteriorándose a medida que vamos ganando altura. En este tramo nos encontramos con dos puentes de similares características, realizados con piedras graníticas de la zona formando las bóvedas de cañón tan típicamente romanas.
El primero de ellos que nos encontramos es el llamado “Puente del Descalzo” (1.405 m.).
El segundo y último del recorrido es el llamado “Puente de en medio” (1.511 m.).
Olvidé comentaros que este tramo de calzada romana es también parte del Camino de Santiago Madrileño, en las imágenes se ven cómo a partir de este puerto quedan 599 km hasta Santiago y el recorrido a seguir por el Valle de Valsaín (también conocido como Valle del Río Eresma) ya en la provincia segoviana, a los pies del pico del Montón de Trigo (el objetivo de la ruta) llamado así por su similitud a éste, incluso hay una leyenda sobre su formación: “Estando un día un rico labrador aventando un montón de trigo, pasaron unos mendigos y le pidieron una limosna. El tacaño agricultor contestó que no tenía nada que ofrecerles. Uno de los mendigos le preguntó que cómo podía decir eso viendo el enorme montón de grano que tenían delante; a esto les respondió el labrador que aquello que veían no era trigo sino tierra. El pobre le replicó: "Permita Dios que se te vuelva tierra". Y poco después la maldición se cumplió”.
Hasta aquí, tras más de una hora de subida sin descanso, bien es merecido un descanso, unas fotitos y algo de refrigerio … pero no por mucho tiempo ya que como se enfríe uno después le cuesta más trabajo afrontar las duras rampas que le esperan. A los 10 minutos hay que ponerse en marcha y encarar decididamente la ascensión al Cerro Minguete por un senderillo que aparece al Oeste del Puerto donde hemos descansado.
El Puerto de la Fuenfría es el cruce de caminos que vemos en la parte baja de la foto, a los pies de Pico Ventoso. Tras el vemos “7 picos” (llamado así por presentar sendas cimas en un mismo monte) y al fondo “La bola del Mundo” y si os fijáis bien se aprecia algo parecido a dos cortafuegos que no son más que pistas de esquí desprovistas ya de su capa de nieve.
Esta subida es bastante empinada y constante por lo que el caminar es lento y agotador, debiendo realizar “paradas técnicas” (o contemplativas) cada poco tiempo para tomar algo de aire, echar alguna que otra foto y auto-animarse viendo el tramo que se ha subido. (En la imagen se aprecia una vista parcial de la subida y cómo los árboles crecen como pueden, retorcidos por el peso de la nieve que soportan durante buena parte del invierno).
En la imagen posterior vemos la piedra vertical que incida la cima de este monte marcada con las señales blanca y amarilla que indica que por ahí pasa una de las Rutas de Pequeño Recorrido (PR), es decir para hacer en una o dos jornadas como máximo (a diferencia de las GR, que son rutas de Gran Recorrido, tales como el Camino de Santiago, la GR-11 que atraviesa por completo los Pirineos desde el Cantábrico hasta el Mediterraneo o la GR-10 que partiendo de la Comunidad Valenciana, acaba en Lisboa, atravesando todo el sistema central y por ende, toda la serranía madrileña).
Aquí fue donde pretendimos meternos en un vivac para descansar y comer algo protegidos del intenso frío y viento de la noche, pero este estaba ocupado por una persona embutida en un saco “enterizo” (no conozco su nombre técnico, ni tengo ganas de buscarlo, pero creo que se me entiende … vamos, de los que se meten hasta la cabeza dentro).
Lo dejaremos aquí por hoy, porque se está alargando demasiado y empieza a cansar. Dejaremos para otro día la ascensión final al montón de Trigo, sus espectaculares vistas y el prolongado descenso (donde ocurrío el percance que muchos ya conocen del esguince de tobillo). Pero os quiero dejar con una bonita y curiosa foto que quizá os suene de otros días algunas de las cosas que se ven (ahora desde otro punto de vista a más de 2.000 m.)
Aquí apreciamos en primera instancia el valle de la Fuenfría por el cual hemos ascendido, pero no por ese camino que ve a media ladera (conocido como Carretera de la República), sino por el centro del valle, casi paralelo al río que por el discurre y durante mucho tiempo acompañado por el murmullo de su cauce. Tras el collado vemos el “embalse” de Navacerrada (a ver si hoy no se me enerva el “anónimo del pantano”) y bordeándolo el municipio del mismo nombre y Becerril de la sierra. El Cerro que está derecha del pantano, que desde esta posición parece minúsculo, es conocido por todos vosotros (hicimos una senderitis sobre él no hace mucho) “Cerro del Telégrafo” y a su flanco izquierdo es difícilmente apreciable mi municipio de acogida, Moralzarzal, destacando (como siempre) su enorme plaza de toros cubierta con lona blanca. Por último, la cadena montañosa en forma de semicírculo, que desde aquí se parece algo al cráter de un volcán, no es más que la trillada por mi y por vosotros “sierra de Hoyo de Manzanares” (Municipio que no se puede ver porque está tras ésta).