Miedo me daba contaros esta “senderitis”, casi no me atrevo a empezar. Ayer, “puto lunes de los cojones” estaba de papeles hasta las cejas (vamos, que escribía sin poder ver la pantalla), no tuve tiempo para relataros esta experiencia; así que tras el partido de España (por cierto "regulín" na más, carecemos de un 9 claro que marque la diferencia ... y sobre todo los goles), gracias a la “gran programación” que tenemos en los más de 30 canales de la “magnífica” TDT … me puse a escribir.
El recorrido que os mostraré hoy es el que pretendíamos hacer en aquella “marcha nocturna”, salvo que aquella noche no estaban algunos para más jaranas así que no subimos al pico más alto de la excursión, al cual en esta ocasión si subí, pero vamos por partes:
La “marcha nocturna” la hicimos un sábado, pues bien, el jueves siguiente (3 Junio) era festivo en Madrid por el Corpus, así que aproveche que hacía buen tiempo para levantarme temprano y subir a esas montañas (ahora que tenía fresca la ruta, porque la memoria no da pa mucho).
Tras dejar el coche en las Dehesas de Cercedilla (a unos 1350 m aprox.) se coge la antigua Calzada Romana que data del siglo I d.C., en tiempos del emperador Vespasiano y que unía Titulcia (localidad próxima a Aranjuez) con Segovia, atravesando la Sierra de Guadarrama por el Puerto de la Fuenfría.
Esta calzada en los primeros tramos se encuentra en perfecto estado de conservación, deteriorándose a medida que vamos ganando altura. En este tramo nos encontramos con dos puentes de similares características, realizados con piedras graníticas de la zona formando las bóvedas de cañón tan típicamente romanas.
El primero de ellos que nos encontramos es el llamado “Puente del Descalzo” (1.405 m.).
El segundo y último del recorrido es el llamado “Puente de en medio” (1.511 m.).
Hasta aquí las pendientes, aunque constantes, son suaves y discurre sobre una amplia calzada, pero a escasos metros de este puente, se dá un giro a izquierdas, desviándonos un poco de la Calzada Romana y la pista se convierte en un sendero con rampas cada vez más duras hasta llegar al Puerto de la Fuenfría (1.793 m.)
Olvidé comentaros que este tramo de calzada romana es también parte del Camino de Santiago Madrileño, en las imágenes se ven cómo a partir de este puerto quedan 599 km hasta Santiago y el recorrido a seguir por el Valle de Valsaín (también conocido como Valle del Río Eresma) ya en la provincia segoviana, a los pies del pico del Montón de Trigo (el objetivo de la ruta) llamado así por su similitud a éste, incluso hay una leyenda sobre su formación:
“Estando un día un rico labrador aventando un montón de trigo, pasaron unos mendigos y le pidieron una limosna. El tacaño agricultor contestó que no tenía nada que ofrecerles. Uno de los mendigos le preguntó que cómo podía decir eso viendo el enorme montón de grano que tenían delante; a esto les respondió el labrador que aquello que veían no era trigo sino tierra. El pobre le replicó: "Permita Dios que se te vuelva tierra". Y poco después la maldición se cumplió”.Hasta aquí, tras más de una hora de subida sin descanso, bien es merecido un descanso, unas fotitos y algo de refrigerio … pero no por mucho tiempo ya que como se enfríe uno después le cuesta más trabajo afrontar las duras rampas que le esperan. A los 10 minutos hay que ponerse en marcha y encarar decididamente la ascensión al Cerro Minguete por un senderillo que aparece al Oeste del Puerto donde hemos descansado.
El Puerto de la Fuenfría es el cruce de caminos que vemos en la parte baja de la foto, a los pies de Pico Ventoso. Tras el vemos “7 picos” (llamado así por presentar sendas cimas en un mismo monte) y al fondo “La bola del Mundo” y si os fijáis bien se aprecia algo parecido a dos cortafuegos que no son más que pistas de esquí desprovistas ya de su capa de nieve.
Esta subida es bastante empinada y constante por lo que el caminar es lento y agotador, debiendo realizar “paradas técnicas” (o contemplativas) cada poco tiempo para tomar algo de aire, echar alguna que otra foto y auto-animarse viendo el tramo que se ha subido. (En la imagen se aprecia una vista parcial de la subida y cómo los árboles crecen como pueden, retorcidos por el peso de la nieve que soportan durante buena parte del invierno).
Tras aprox. 45’ de ascenso se llega a la cima del citado Cerro Minguete (2.023 m.), lugar donde hay que descansar casi obligatoriamente otro rato antes de encarar definitivamente la ascensión al Montón de Trigo que desde aquí se nos presenta tentador y cercano, aunque aún hay que sufrir un poco más antes de coronarlo.
En la imagen posterior vemos la piedra vertical que incida la cima de este monte marcada con las señales blanca y amarilla que indica que por ahí pasa una de las Rutas de Pequeño Recorrido (PR), es decir para hacer en una o dos jornadas como máximo (a diferencia de las GR, que son rutas de Gran Recorrido, tales como el Camino de Santiago, la GR-11 que atraviesa por completo los Pirineos desde el Cantábrico hasta el Mediterraneo o la GR-10 que partiendo de la Comunidad Valenciana, acaba en Lisboa, atravesando todo el sistema central y por ende, toda la serranía madrileña).
Aquí fue donde pretendimos meternos en un vivac para descansar y comer algo protegidos del intenso frío y viento de la noche, pero este estaba ocupado por una persona embutida en un saco “enterizo” (no conozco su nombre técnico, ni tengo ganas de buscarlo, pero creo que se me entiende … vamos, de los que se meten hasta la cabeza dentro).
Lo dejaremos aquí por hoy, porque se está alargando demasiado y empieza a cansar. Dejaremos para otro día la ascensión final al montón de Trigo, sus espectaculares vistas y el prolongado descenso (donde ocurrío el percance que muchos ya conocen del esguince de tobillo). Pero os quiero dejar con una bonita y curiosa foto que quizá os suene de otros días algunas de las cosas que se ven (ahora desde otro punto de vista a más de 2.000 m.)
Aquí apreciamos en primera instancia el valle de la Fuenfría por el cual hemos ascendido, pero no por ese camino que ve a media ladera (conocido como Carretera de la República), sino por el centro del valle, casi paralelo al río que por el discurre y durante mucho tiempo acompañado por el murmullo de su cauce. Tras el collado vemos el “embalse” de Navacerrada (a ver si hoy no se me enerva el “anónimo del pantano”) y bordeándolo el municipio del mismo nombre y Becerril de la sierra. El Cerro que está derecha del pantano, que desde esta posición parece minúsculo, es conocido por todos vosotros (hicimos una senderitis sobre él no hace mucho) “Cerro del Telégrafo” y a su flanco izquierdo es difícilmente apreciable mi municipio de acogida, Moralzarzal, destacando (como siempre) su enorme plaza de toros cubierta con lona blanca. Por último, la cadena montañosa en forma de semicírculo, que desde aquí se parece algo al cráter de un volcán, no es más que la trillada por mi y por vosotros “sierra de Hoyo de Manzanares” (Municipio que no se puede ver porque está tras ésta).
Espero que os esté gustando este paseo, ya mas parecido al montañismo que al senderismo en sí y prometo terminar el relato dentro de pocos días.