Tal vez para los afortunados que residan en “la cuna del Boto” 2.000 € sea excesivamente caro para una guardería, pero ya os digo que por “la Centro-iberia” se “agarrarían” las madres por meter a sus hijos en una guardería con esa cuota anual …; de cualquier modo no van por ahí “los tiros” de esta entrada, no va la cosa de “leuros” sino de metros, de metros de altura … en torno a esa altitud nos movimos el pasado Sábado, un grupo de “monitores” junto con una tropa de niños, vamos lo que os conté la semana pasada que haríamos.
Antes que nada quisiera explicar un poco el mapa, porque es un apaño del original de la ruta que asciende a la cima de Peñalara, que he tratado de difuminar con color amarillo, y he completado nuestra ruta con una línea roja … en definitiva, que tienen que echarle imaginación para averiguar por dónde cXXX cogimos … bueno, eso o leer todo el relato …
Tuvimos que levantar a los niños tempranito para estar antes de las 10 en el parking del Puerto de Cotos, que aunque parece bastante amplio, se llena a horas bien tempranas. Así, en torno a esa hora, partimos el nutrido grupo dirección las lagunas; pensaba hacer un recorrido de ida y vuelta por el recorrido más fácil (el de la derecha de la imagen anterior), pero como siempre que van muchos, algunos empezaron a “tira palante” como locos, precisamente los que menos sabían por dónde iban … así lo único que podía ocurrir es lo que ocurrió: se pasaron del desvío que había que tomar a la derecha y encararon “con dos cojXXX” la ascensión directa a la hermana Menor.
No es que sea especialmente dura, pero para unos infantes entre 3 y 7 años y la mayoría de los adultos (por no decir adultas) que el único deporte que hacen es “cuando les toca arriba” (y ya se imaginan que no es un deporte muy prolongado … ni muy habitual), después de salvar unos 250 m de desnivel (justo donde nos desviamos para ir al Refugio) estaban reventados, tanto que apenas hacía 40 minutos que salimos y ya hubo que parar un buen rato. En la imagen anterior ven a “Miposa” y Emi como posan sus posaderas (que pa eso las tienen bien “hermosas”) mientras yo le indico que tendríamos que subir a la cima y Rubén aprobando la propuesta … porcierteando, ahora a mi primogénito también se le puede llamar “Atreyu”, si, como el del La Historia Interminable … ya os lo contaré …
Por una senda, ahora más o menos horizontal, se llega al ya citado Refugio de Zabala (imagen posterior), pero antes hay que pasar este puentecito sobre un arroyo, que Miposa tuvo a bien fotografiar (imagen anterior). Aquí se observa, como por mucho que los “cabreros” traten de aguantar al “ganao”, siempre algún chivo se les escapa …
En parte me vino bien esa equivocación de primera hora, ya que así me permitió conocer este refugio, que aunque de lejos ya lo había visto en varias ocasiones, nunca me acerque a su puerta. En la imagen anterior la foto de todo el grupo, dónde estamos al completo las familias Carretero, García y Vázquez, además de Elena y su hija Sandra y, en solitario, Jose Antonio. Soy consciente de que en la imagen no se aprecian bien las caras, por eso os amplio la de “Atreyu”, para que vean su expresión (no hay foto en la que no ponga “cara bobo”):
Tras descansar otro poquito en esas escaleras, continuamos nuestro camino hacia la Laguna grande, ahora toca bajar un pedregal con fuerte pendiente para llegar hasta la Laguna Grande de Peñalara. En la siguiente imagen, si se fijan, verán a la izquierda a lo lejos el Refugio Zabala, entre éste y José Antonio el barranco por donde hemos bajado y en primera plana “al santo Job” …, como era el único sin niños hizo de “supertito” (¿dónde he usado esta palabra antes hoy? … jeje, un beso Esther).
Esa laguna estaba a “rebozar” de gente (como La Plaza según el amigo Antonio DS en su blog), por eso ni nos paramos a verla, pero como los niños y “las mayoras” estaban ya cansados y con hambre (no eran ni las 12:30), tuvimos que parar a reponer algo de fuerzas, cosa que algunos no entendieron bien y se metieron entre pecho y espalda media barra … así cualquiera los movía luego.
Cuando llegó el momento de arrancar tocaba subir hasta alcanzar el llamado “Mirador de Javier” (que es donde se unen de nuevo los caminos, rojo y rosa). Los que iban recién comíos porque tenían el estomago lleno y el resto simplemente por canasancio acumulado, pero lo cierto es que no llegamos a nuestro objetivo final (Laguna de Los Pájaros) y nos quedamos apalancados en una praderita junto al arroyo por donde desaguan “5 Lagunas”, junto ese arroyo que está intentando pasar Ivan … justo el arroyo donde metió sus pinrelitos por dos veces … para una primera hubo recambio, pero con los pies mojados de la segunda vez tuvo que hacer todo el camino de vuelta …
La mujeres, como se puede comprobar, no estaban “ni cansás ni ná” … pero no llevábamos ni 8 km en total, así que yo me resistía a no acabar al menos la rutilla que teníamos planteada ¡pa los niños! … por ello convencí al resto de padres y al “supertito” para acabar nosotros rápido con la etapilla, y en poco más de media hora llegamos a la Laguna de los Claveles primero, en la imagen con la mole de Peñalara detrás …
… y a la ya nombrada Laguna de los Pájaros, con la Peña homónima observando nuestros movimientos … bueno, mejor dicho, observando nuestra quietud …
Una vez de vuelta al “campamento base”, pasadas las tres de la tarde, ahora si que era la hora de comer, ahora si que nos clavamos los dos que quedamos por comer (Javier y servidor) nuestros buenos bocadillos acompañado con patatas, queso y la botella de vino que llevaba cargando con ella tol día …; Repuestas energías, reposadas éstas un ratito y tomado hasta café del termo (que también cargué con él), retomamos nuestro camino de vuelta, en principio subiendo hasta el ya conocido Mirador de Javier donde los párvulos corrían para subirse en la piedra que tiene la placa que le da nombre (entre las manos de Iván Jr.). Al fondo se pueden ver las Cabezas de Hierro:
Y solo nos quedaba bajar una fuerte pero corta rampa y tomar el “Camino de Dora la Exploradora”, así me dio por decirle a los niños que se llamaba el trozo de recorrido que nos quedaba, porque era de lo más comodito y arregladito que se puede uno encontrar en la montaña. Una vez en el Puerto, cuando ya más de uno estaba pensando en la birritas que se iba a tomar, resulta que estaba el único bar existente como el Bar de Las Calañesas cuando pasó la diana por delante … totá, que decidimos irnos a Moralzarzal y allí cayeron una cuantas … y todo sea dicho, algún cigarrillo también cayó que aunque intento seriamente dejarlo, más serio (pasando lo mosqueao) me pengo cuando el etanol llama (a grito pelao) a la nicotina …